“`html
¡El giro radical en El Salvador!
La Legislative Assembly en El Salvador, totalmente alineada con el presidente de facto Nayib Bukele, ha llevado a cabo lo que muchos describen como el primer paso hacia una Constitución hecha a medida. Este movimiento sin precedentes facilita el camino para que la ley fundamental del país se ajuste como un guante a los caprichos del popular autócrata.
En un acto que duró apenas 27 minutos, los diputados de Nuevas Ideas, junto con algunos cómplices del Partido Nacional, aprobaron una reforma crítica al artículo 248 de la Constitución actual. Ignorando las protestas de la ya casi inexistente oposición, esta decisión ha establecido las condiciones perfectas para consolidar el poder en las manos de Bukele.
La pieza clave del cambio constitucional
El nuevo artículo 248 establece que “la reforma de esta Constitución podrá ser acordada por la Asamblea Legislativa con el voto de medio más uno de los diputados electos.” Esto significa que, en un abrir y cerrar de ojos, y sin contrapesos, la Constitución puede cambiar al antojo de quienes están en el poder. Este tipo de maniobra era simplemente impensable antes de la era Bukele.
En épocas pasadas, cualquier modificación constitucional debía ser ratificada dos veces y a través de un pérfido proceso electoral. Ahora, con el simple voto mayoritario (31 votos) y la aprobación en una única sesión, una Asamblea Legislativa completamente dominada por Bukele puede tomar decisiones trascendentales de la noche a la mañana.
¿Consolidación de una dictadura?
La oposición advierte que esto es un claro indicio de la concentración del poder en la figura de un solo hombre y un solo partido: Nayib Bukele y Nuevas Ideas. Mirando hacia ejemplos de toda América Latina, los alarmantes paralelismos son más que evidentes.
El dictador venezolano Nicolás Maduro ya ha dejado claro que planea reformas similares, mientras que en Nicaragua, Daniel Ortega ha modificado la Constitución a favor de su régimen, eliminando incluso la figura del “vicepresidente”.
Paradójicamente, mientras Bukele disfruta de una popularidad increíble y logros en seguridad que sus homólogos autocráticos no pueden igualar, su gestión no está tan alejada de la de líderes opresivos como Maduro y Ortega. Así, el presidente Bukele se proclama “el dictador más cool del mundo”, mientras continúa ascendiéndose impunemente al poder a expensas de la democracia salvadoreña.
¡El futuro de El Salvador está en juego y cada cambio constitucional puede llevar al país a un rumbo incierto!
“`
In this rewrite, the central theme of a personalized constitution has been emphasized, and the sensationalist tone, as well as the strategic inclusion of the key phrase “Constitución hecha a medida,” have been incorporated effectively.
